sábado, 12 de mayo de 2012

Las 13 mejores poetas mexicanas según Roberto Absenti

Por Roberto Absenti

para Carlos Santibáñez y a mis amigas poetas con todo respeto

Y llegó la primavera, mis enamorados y pícaros lectores. La hermosa temporada donde todos deseamos aparearnos; bueno, yo sí, porque todavía puedo: no se ustedes, pero yo soy rete-querendón. Este es el temporal donde los floripondios dan la vuelta en círculos a la plaza del pueblo como panzones abejorros en busca de chupar el néctar sagrado que es la miel.
Los rayos de sol y las muchachas ¡oh sí!, ¡las muchachas!, ¡las señoras! y por qué no, las viejecillas también, ¡son tan cálidas! Sí mis estimados lectores, estoy enamorado de las poetas, y sobre todo de su poesía. En esta ocasión, como en otras, no me importará que me tachen de arbitrario, excluyente y demás por dar la visión de mi tiempo y los hechos tal cual yo los vivo. No me detendré para quedar bien con nadie, sino al contrario, diré a calzón quitado cuáles son mis poetas favoritas, atreviéndome a decir con los pelos en la mano, que son las mejores.
Claro está que esto depende de mis lecturas y mis conocimientos sobre poesía, que son muchos, sin dejar de lado mi sensibilidad exagerada para las artes en general.
Y así como el ma’istro Langagne dice qué es poesía y qué no, afianzando su criterio sólo en sus lecturas de la colección Tierra Adentro, y en los poemas de sus pupilos, (por supuesto corregidos por él), yo también diré qué es lo bueno. Total (por lo que veo) mi criterio está mucho mejor alimentado que el de él. Iba a mencionar a la recién descubierta Norma Bazúa, pero ya no se vale pues ya se nos fue, y lo importante es hablar de las que están vivitas y coleando. Pensé en Dolores Castro, pero la verdad (entre nos) no me gusta tanto. También pensé en mencionar a una gordita poeta que me trae loco, ¡pero eso sí se iba a ver muy nepotista!, así que solo mencionaré a mis trece favoritas: que no han sido nunca mis novias, pero no por eso tienen menos calidad.
1. María Baranda: poeta nacida en 1962. Nada más leer el título de algunos de sus libros para que ya nos ponga a viajar; El jardín de los encantamientosDylan y las ballenas y Fábula de los perdidos, ¡qué belleza! Aquí expongo algunos versos suyos, de mis favoritos: “Tórrida y demencial,/ amazona del agua,/voy de mirada en mirada/ por los meses, los años, los siglos/que sólo yo conozco, los sueños/ que sólo yo custodio./ Varada en esta proa, atada a mis raíces,/la noche llega a mí para que yo camine”. Esta es una poeta de grandes alturas y de enormes olas, además de tener un rostro misterioso y seductor, espero conocerla pronto en vivo.
2. Ileana Garma: poeta jovencita, bastante persuasiva en la hechura de sus versos, a pesar de apenas haber nacido, pues es de 1985. Demuestra una gracia, una dulzura y un abandono bastante atractivos para un hombre y un lector como yo. Chequen esta estrofa: “Estoy atada de manos y pies y entrañas/ por alamedas rojas/ donde se petrificó mi rostro/ por hombres hechos de barba y lenguas de musgo/ por soles coagulados en un sucio parque/ en un sucio mar/ que tragaba niñas con sueño”. ¿Chingón, no? O estos otros versos: “pedófilo de la muerte/en los índices de las púas/ violador de lo que tiembla”, ¿a poco no sienten que se les enchina el cuero a pesar de la sutileza de estas caricias...? Ileana es belleza, es la juventud de Mérida, es la poesía misma.
3. Roxana Elvridge-Thomas: poeta de 1964, año en que yo también nací, esto lo digo metafóricamente, pues yo soy más joven, no se la vayan a creer. He descubierto que me gustan las mujeres y las poetas mayores, y Roxana merece ese título, poeta de actitud intachable. Lean estos versos: “Rasgo mis yemas al tocar tu argolla en llamas./Ansío tu imposible regreso,/Tu aliento que sacie en mi sed el alma calcinada”. Es aterradora su entrega en estos versos, en verdad que estremece, por eso merece ser una de mis poetas favoritas, deben leerla para comprender esto y tener una pequeña aproximación a lo sofisticado de mi gusto poético.
4. Hortensia Carrasco: poblana de 1971. Nacida poblana y con lo que me gusta Puebla y la falda corta con la que aparece en su face. Esta bárbara mujer y poeta me causa reflejos y sentires insospechados cuando la leo en sus poemas del encierro: “Preferimos que los nombres/ no sean eso sólo nombres/ y que alguien diga/ que tiene ojos y palabras/ o que alguien grite/ y salga a platicar en las esquinas/sin temor de que el graznido/ violento de los días/ transcurra momento a momento/ partiendo vertebras y carne”. “Quisiera voltear y decirle/ yo también necesito/ algo oscuro que me ampare”.Y aquí estoy yo para cumplírselo, si ella me lo permite, claro está. Yo sería eso oscurito que necesita; me conformo con que me deje leer sus poemas inéditos, sería un verdadero privilegio para mí.
5. Gloria Gómez Guzmán: poeta revolucionaria e imponente, que escribe poemas que hace sentir al más frío de los seres. Nació en 1950, y aunque poco conocida y valorada, eso no impidió que yo lograra encontrarla y leerla para presumirla ante ustedes como la grandiosa poeta que es. A pesar de los que no le quieren dar importancia y le dan un lugar nulo en las antologías mexicanas (ya saben que nunca faltan los envidiosos o los militantes que se hacen pasar por poetas o críticos de poesía para tratar de desacreditar a mujeres poetas que en verdad valen la pena como lo es Gloria Gómez). Aquí un poema de su autoría: “las piernas de mi padre duermen/ desde que empezó el invierno/ el doctor nos dijo que eso/lo liquidará/ que es cuestión de días/ no es justo/él fue arriero/ pescador/ chofer de ruta/todo eso en sesenta años/ no es justo/ aunque sea mi padre/ no merece perder la vida de ese modo”. Digna poeta dentro de la saga de Leopoldo Ayala, y de Roberto López Moreno. Les recomiendo conseguir sus libros.
6. Mirtha Luz Pérez Robledo: chiapaneca nacida en el funesto año de 1968. Poeta con varios premios en su haber, con poemas de impecable manufactura y como sucede en esta sociedad de injusto machismo, cuenta también con el absoluto desconocimiento de su obra, pues en ningún lado la conocen, eso es malo para la poesía, pero bueno para mí, pues así tengo el privilegio de dárselas a conocer, casi de primera mano, aquí les obsequio estos versos: “Porque soy camino solitario/ me sigo/ me sigo hasta perderme/ en el espeso follaje de las tardes/ donde sólo me escucha el pensamiento”, esto es un poco de ironía diría yo. Busquen los libros A la diestra del reinoEn el sereno punto del mundo y Vacío bajo la luna y el dulce retorno. Seguro que les provocara mucho placer si acompañan sus versos con una copa de buen vino.
7. Silvia Tomasa Rivera: mujer acuñada en 1955, pero sensual poeta, lean nada más qué belleza de poema: “Esa Mujer fue por demás perdida,/ todos la vieron bañándose en el río/ sonriéndole a los pájaros./ Hacía tiempo que se quería ir al mar,/ la tierra no era de ella —les decía—./ No desembocó lejos/ porque no dijo nada/ pero estuvo en lo suyo desde el principio./El río lavó su cuerpo y lo arrastró/ seguramente al mar”. Ay güey!!! Este lo tome de su libro Cazador, esto es escribir, no porquerías ero-ñeras, de algunos escribanos y escribanas que se quieren sentir poetas pero que estarían mejor lavando platos, pisos y cisternas o atendiendo un Oxxo por ahí; es más, tendrían más éxito de amas de llaves de alguna casa de cultura o de dueñas de alguna vecindad, o en el oficio más antiguo del mundo: de brujas, no piensen mal mis misóginos lectores, qué creían que iba a decir.
8. Adriana Tafoya: nacida en 1974, unos años más cerca de nosotros y sobre todo de mí. Esta poeta es una cabrona hecha y derecha, no se anda con medias tintas, ni le pide permiso a nadie para escribir poesía ¡y qué poesía señores!!, y aunque algunos detractores se le abalancen por los temas que aborda, deben admitir lo bien que lo hace, nada más échenle un ojo a estos versos: “En el sofá/un hombre desnudo/ con los calcetines puestos/ anudados por las puntas/ estira los pies/ hasta tensarlos/ en compás erótico/ Casi eyacula”, “Me dispongo a posarme en la punta/ de un tornillo plata/que brilla erecto/ sobre un par de almendras en bolsa de cuero/ que tensan a este hombre/ al punto del delirio/ desnudo/con los calcetines/anudados”, o estos otros “él dijo: me haces falta/ Adormilada/ abro las piernas/ que atesoran mi sexo oscuro/ inflamados sus pequeños olanes magenta/ en esta flor clava su lengua/ no me molesto con él/ sé que tiene hambre”, queda claro que esta poeta gana cualquier guerra de poder, ya sea amarrándole los calcetines a sus contrincantes o haciéndolos comer… de su estética poesía, por supuesto. A nadie se le debería negar un taquito.
9. Maricruz Patiño: señora poeta que nace en 1950, interesantísima mujer que en algunas ocasiones se me hace como feminista, otras, más como matriarca, y en otras, simplemente me hace sentir su misterio. Lean estos versos suyos: “Yo que no sé lo que es vivir entre flores/ni abrirse paso entre las hojas/o sobrevivir al cortejo de los colibríes/y al acecho continuo de pájaros e insectos/¿cómo podría saberlo?/Yo, que sólo soy una mirada/que ha venido a contemplar/y se irá contemplando./ Los personajes”, y estos “Y la doctora Marta suturará las heridas de los niños/rodeada entre las flores pensará en el Hombre/Y al dormirse su último poema/irá de nuevo a un hombre/Y pensará que este jardín tan sólo es bello/si lo mira un hombre”. ¿Verdad que fascina con su poesía llena de inteligencia? Estos versos los tomé de su poema bajo el Volcán. Tiene versos en código morse como en El timón dorado. Denle una leidita, no se arrepentirán.

10. María Elena Solórzano: real poeta del 41, dirán algunos que podría ser novia del Ma’is Rojas, pero eso no es posible porque las poetas jamás envejecen, (esta frase me la piratee, ¡a güevo!) con eso de que ser pirata nunca pasa de moda y lo hacen hasta los más educados... pero volviendo al tema, María como todas las Marías tiene mucho que dar, échense este trompo a la uña: “Busco el anillo de Salomón./ Como Jonás seré engullido por una ballena,/ en los resquicios de su cuerpo viviré,/ me revolveré en sus entrañas,/ me acostumbraré a esas blanduras,/ un día saldré por la fuente de su lomo./ Busco el anillo de Salomón,/ está cerca del corazón de un pez./ Por el brillo de su piel sabré,/ por sus escamas iridiscentes sabré,/ por sus ojos de infinita tristeza sabré./ Busco el anillo de Salomón/ entre los tentáculos de la anémona,/entre los vaivenes del mar./ Con mi anzuelo atraparé un pez/ y en su vientre encontraré/ la sortija con el brillante azul”. Este poema que recién acabo de conocer me puso loquito de admiración por ella. Aunque confieso que me gusta más cuando discretamente coquetea, como en estos versos: “Hoy, pruebo mis alas./Todavía son frágiles,/todavía tengo miedo a las tormentas,/todavía tengo miedo a los escorpiones,/todavía me deslumbran oropeles./Gozo la gloria del despegue,/el viento roza mis mejillas,/no estoy acostumbrada a las alturas,/el vértigo casi me obliga a desistir”, ¿a poco no dan ganas de protegerla y de apapacharla?, ¿a poco no dan ganitas de darle un beso?

11. Coral Bracho: es una poeta que no debe de faltar en toda buena selección poética (sería de mal gusto), nacida seguramente ya maestra en 1951, ¿quién no recuerda Peces de piel fugaz? con ese libro me quedo, ya no necesita escribir más. Disfrutemos juntos, mis golosos lectores, estos versos: “Las raíces inhalan. Basta deslizar poco a poco los dedos sobre las rocas para saberlas lisas y despobladas. Árboles de cristal./Y es el instante de inusitar la lancha por la quilla y deslindar el filo./Los dedos largos y finos./Sus ojos límpidos/.Este estupor de seda que se derrama. Pero empezar aquí”, y así nos la podríamos seguir con sus olas y corrientes como versos, como agua plúmbea, pero siempre agua, ahí…  ¡ahí sí ya me viaje!: bueno, sólo me resta comentarles que es una poeta muy femenina y muy femenina su poesía también, y eso me encanta.
12. Gabriela Borunda: poeta de Chihuahua conocida sólo por lectores especializados, nacida en 1973. No la conozco en persona pero ha de ser muy guapa a juzgar por sus versos, léanlos y díganme si no están de acuerdo: “Soy la señora de la vida/el ángel hembra de la misericordia/la visitación que a las cuatro treinta de la mañana/ recorre el hospital/La era de la bestia principia a una señal mía/(cierro los ojos)/el futuro sí existe/ Me río de tu llanto/me cago en tus pretextos/tú consumes el instante/y yo/sólo tengo razones para la vida”, ¡poemaazo!, buenísima poeta no cabe duda, y juro que mucho después me enteré que tenía varios premios ganados. Que conste que no me dejo llevar por eso. Y con justa razón los tiene, yo le hubiera dado seguramente otro más para su lista.
13. Y para terminar esta lista de las mejores poetas mexicas, no podría faltar la maestra Ernestina Lumbreras, por aquello de que una antología se tiene que cerrar con “broche de  oro”, como ustedes saben. Además yo no estoy de acuerdo en que el trece sea de mala suerte, ahora todos sabemos que los apóstoles eran trece con María de Magdala, y pues como María no me faltaba… pues que les traigo a Ernestina, al fin que por fin, se le va a hacer justicia, y será incluida como lo que es: una gran dama de la poesía, pues si el mundo lo sabe, que lo sepa Dios, ¿no creen?, mis queridos lectores de closet. Ahora, regocijémonos con sus místicos versos: “Pasó la vida sin verme enamorado/de todas las muchachas. Las quería/corriendo tras el canto de los grillos,/excitadas y trémulas, perdidas/en la luz del rayo verde que rocía/mis mejores ensueños. (...) Muy lejos,/el pito del tren me vuelve a mis faenas./Sin embargo las amo, bellas todas,/y no pienso dejarlas, vivo o muerto,/irse sin mí, llevando el pensamiento/de respirar el aire que las viste”. Es muy chingona poeta, quién dijo que no, de hecho tiene todo un círculo de fans en Guadalajara, Jalisco, tierra donde se dan los hombres... pero unos a otros, ¿a poco no, mis estimados? Ah!, se me olvidaba… Ernestina nació en 1966.

Y ya me despido mis eruditos lectores, feliz de develarles mis gustos poéticos, e imponérselos como lo mejor y lo único en la poesía de mujeres, según acostumbra el gremio oficialista, con la diferencia de que yo lo hago desinteresadamente, y con un criterio de verdad. Y ya saben, si quieren aprender de poesía, acérquense al balcón, y no al ma’istro Varela, que la neta, ya su criterio está muy amafiadón.

1 comentario:

  1. Hola,
    Me gustaría saber si tienen alguna recomendación de poetas mexicanas que desarrollen el tema de la sexualidad en su poesía. Y si sus poemas se pueden encontrar en internet, pues no tengo acceso físico a las bibliotecas de la Ciudad. Gracias :)

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